domingo, 10 de agosto de 2008

Lucy in the sky with diamonds

Tenía que hacerlo, ya no podía aguantar más. Tú ahora no te das cuenta, pero algún día comprenderás; todo lo he hecho por nosotros. Sé todo lo que has hecho desde que te vi por primera vez, hace casi dos meses. Todo. Nadie conoce tu vida tanto como yo. Eres linda, me da pena que en mis últimas horas no te pueda ver sonreír, mi Lucy. Pero tendremos toda una vida para nosotros. En esta no se pudo, pero habrá otra. Yo, el hombre que te ha amado más, te lo promete. Te he seguido todos los días desde hace dos meses. Eso no lo sabes. Sé a qué hora sales del instituto. Los lunes a las ocho, los martes a las siete, los miércoles en la mañana, hasta las once, los jueves y viernes hasta las ocho. Y yo siempre estoy ahí, esperándote, escondido para que no te des cuenta y poder acompañarte hasta tomar el bus que te lleve a tu casa. A veces espero en el instituto a que llegues. No sabes lo feliz que me pongo al verte, caminando tan contenta. Los fines de semana en la noche espero en tu casa a que salgas, y a veces me quedo hasta que regreses. Te espero sentado en el parque. En realidad eso hago casi siempre, y me gusta, porque así puedo verte al menos un ratito. Me dolió mucho cuando Rodrigo empezó a recogerte. Cuando te besó por primera vez no aguanté y me fui corriendo. Esa noche me emborraché y pensé dejarlo todo. Quería morir. Pero recapacité y me di cuenta que no podía dejarte. Tú no te das cuenta, pero nuestro amor es para siempre, es lo más puro que hay. Lo que hago es por nuestro bien. Por eso te perdono que la otra vez me hayas dicho que dejara de fastidiarte, que me aleje de ti, que no te mandara más correos, que no te llame al celular. Es que tú ahora no entiendes, Lucy. Pero ya lo sabrás, porque pronto estaré contigo y podré decirte todo lo que siento, y tú me vas a entender. Y estaremos juntos para siempre. Te perdono también que me hayas dicho loco hoy. Entiendo que estabas asustada, no sabías lo que venía. Tal vez pensabas que te iba a dejar sola; pero no seas tontita, yo voy a estar siempre contigo. No tengas miedo, yo te voy a seguir, como siempre lo he hecho, mi amor. Me recostaré junto a ti, tomaré tu mano fría, cerraré los ojos y contaré hasta tres. Después estaré a tu lado, para siempre...

Uno, dos, tres.

1 comentario:

contracara dijo...

A la segunda lectura puedes preeveer el final si te concentras en las primeras lineas.