martes, 7 de octubre de 2008

In a gadda da vida


A veces no prestamos mucha atención a lo que vemos o hacemos ver a los demás. Un claro ejemplo es Dumbo. ¿Quién no recuerda a Dumbo? El elefante de las orejas grandes que vuela por los aires. Todos. Es improbable que alguien no haya visto Dumbo más de una vez, y casi imposible que nunca lo hayan visto.


Hasta hace poco pensaba que lo más trascendente en la película era la escena en la que la mamá de Dumbo es encerrada por defender a su hijo de las burlas de los otros elefantes. Pero, no, pese a lo emotiva que resulta, y las lágrimas que seguro ha hecho derramar a más de uno, hay una que se lleva todas las palmas, una obra maestra de la psicodelia, que probablemente nadie recuerde a profundidad pero que por lo mismo merece mucho la pena volver a ver. Y esta es la escena de los elefantes rosa.



No entiendo cómo nuestros padres podían dejarnos ver una cosa así, y no lo digo por la borrachera del elefantito, sino por lo delirante de la propuesta de Disney, en la que se puede apreciar elefantes casi demoníacos, de formas grotescas y colores intensos, algunos de ellos formados con cabezas de elefantes, que parece que en cualquier momento van a azotar al pasmado Dumbo, y la canción en la que se menciona a Satanás al menos un par de veces.

La película fue producida en 1941, ¡hace sesenta y siete años!, y pese al tiempo la escena todavía resulta alucinante y maravillosa. La piedra angular de la psicodelia, sin lugar a dudas, cuya explosión se dio en los sesenta y de la cual el grupo Iron Butterfly, de la mano del LSD, fue uno de los mayores exponentes. Cuando veía la escena de los elefantes rosa imaginé que fácilmente hubiera podido pasar como videoclip de In a Gadda da vida, la canción más representativa del movimiento.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este no es tu estilo, se nota muy forzado. No pasa nada.

Mario dijo...

hubieras puesto el in-a-gadda-da-vida completo o el del concierto de 1999